ASAMBLEA POPULAR DE VILLAVICENCIO Un espacio de participación y transformación social
- Fernanda Rojas Rodríguez
- 20 may
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Actualizado: 14 jul
Por. Fernanda Rojas Rodríguez
Integrante de la Asociación de Educadores del Meta - ADEM
Como citar:
Rojas Rodríguez, F. I. (2025, mayo 20). Asamblea Popular de Villavicencio: Un espacio de participación y transformación social. En Mano Vuelta (Ed. 1, pp. 10–11). Asociación Sindical de Docentes de Unillanos (ADU).
Palabras Clave:
Democracia participativa, autogestión comunitaria, soberanía popular, transformación social, defensa de lo público.
En el marco del estallido social que sacudió a Colombia en el año 2021, cuando miles de trabajadores a lo largo y ancho del país salieron a las calles a exigir justicia social, equidad y una transformación profunda de la desigualdad, en el corazón de los Llanos Orientales, jóvenes, estudiantes, líderes comunitarios y trabajadores hicieron lo propio. A través de múltiples movilizaciones que culminaban en el barrio Llano Lindo de Villavicencio y, que buscaban denunciar el abandono estatal y la precarización laboral, fue gestándose la creación de la Asamblea Popular de Villavicencio -APV-, un espacio autogestionado que ha convocado desde sus inicios al ejercicio directo de la democracia, la reflexión crítica y la acción comunitaria.

A través de diversas actividades como foros, conversatorios, movilizaciones, campañas de sensibilización y espacios de formación popular, actualmente busca consolidarse como una plataforma para visibilizar las problemáticas más sentidas de los obreros urbanos y demás sectores populares de la población y, en esa vía, generar propuestas de transformación social. Uno de los ejes centrales del trabajo de la Asamblea es la lucha contra el desempleo y la precarización laboral. En Villavicencio, la informalidad laboral es la norma para más del 50% de los trabajadores. Frente a este panorama, la Asamblea ha planteado la necesidad de fomentar el desarrollo productivo mediante la creación de empresas público-populares, donde la clase trabajadora tenga poder de decisión sobre la producción y se dignifiquen las condiciones laborales. Este modelo busca romper con la lógica de la superexplotación, promoviendo formas de cooperación consciente y solidaria que prioricen el bienestar colectivo por encima del lucro del capital privado.
Otro tema de vital importancia para la Asamblea es la soberanía sobre los recursos naturales estratégicos, como el petróleo, el carbón y la energía. Frente al modelo extractivista dominado por intereses extranjeros y del capital trasnacional, se propone que el Estado y los trabajadores asuman el control de estos recursos. La explotación de los mismos debe responder a las necesidades del pueblo trabajador, garantizando el cuidado ambiental y eliminando el rentismo del capital nacional y extranjero. Esto implica un giro económico, como también un cambio cultural que revalorice la soberanía sobre los recursos naturales. Uno de los ejes centrales del trabajo de la Asamblea es la lucha contra el desempleo y la precarización laboral. En Villavicencio, la informalidad laboral es la norma para más del 50% de los trabajadores. Frente a este panorama, la Asamblea ha planteado la necesidad de fomentar el desarrollo productivo mediante la creación de empresas público-populares, donde la clase trabajadora tenga poder de decisión sobre la producción y se dignifiquen las condiciones. Asimismo, la Asamblea ha levantado su voz frente a la privatización de los bienes de consumo colectivo. La salud, la educación, las pensiones y los servicios públicos no pueden continuar siendo mercancías al servicio del capital. Se exige la recuperación total de estos bienes de consumo por parte del Estado, eliminando la intermediación privada y garantizando su acceso universal, equitativo y de calidad. Esta visión promueve una sociedad donde la vida esté por encima del mercado. Para el agro y el ambiente, la Asamblea articula su propuesta con una visión profundamente transformadora del modelo agrario. Se plantea un sistema nacional de producción alimentaria público popular, que vincule a campesinos y trabajadores rurales, en el que la tierra sea utilizada para erradicar el hambre, cerrar las brechas de explotación y fomentar el desarrollo tecnológico del campo colombiano. La participación activa de los trabajadores rurales y campesinos es esencial para construir un modelo sostenible y justo, que priorice la soberanía alimentaria y la protección del ambiente. Todos estos pilares confluyen en una apuesta por la democracia participativa a través de las Asambleas Populares en todo el territorio colombiano. El poder no puede seguir concentrado en las élites ni mediado por una democracia representativa que excluye a las mayorías, por medio de las mafias de los partidos electorales. Por ello, se reivindica la figura de la comuna, como espacio autónomo y estratégico donde la población decide directamente sobre su presente y futuro, impulsando una transformación política que ponga en manos del pueblo todas las decisiones fundamentales. De esta manera, no se trata de una consulta como trampolín electoral, sino de una asamblea que consolida el poder popular.

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